lunes, 26 de agosto de 2013

Serendipity.

Esta sensación perenne de incertidumbre.

Esto es lo que me está matando.Tan real o más como para casi rozarlo con la punta de los dedos, y posiblemente tan efímero como para que se distorsione con tan sólo un cambio de actitud. Una palabra.Una dudosa decisión o simplemente... el destino.

O algo parecido.


Me mata esta espera sigilosa. Este sueño a medias y todo lo que ello conlleva... no veo la hora de dejar ir a mis demonios y ellos tienden a aferrarse en cualquier pensamiento que se salga un poco de lo predeterminado. Todo aquello en lo que siempre he estado estancada.

¿Será que me debo una  enésima oportunidad?

Podría llegar a volar tan alto que el mundo pareciese una peonza bajo mis pies. Y el continuo rodar de su eje se hicese tan sólo una circunstancia mas. Y quedarme allí, estancada en mi sueño, viviendolo o simplemente pasando por él en sombras, eso ya se verá a medida que bata mis alas.

Pero también puedo llegar a caer. Y hoy por hoy es a lo que más miedo tengo.

Porque veo tan frágil el aire que me rodea. Tan efímera la sensación de seguridad en general, que me da miedo que cambien las corrientes, y lejos de permitirme ascender, me hagan llegar al fondo de mi mente de nuevo.

En fin.

La vida al fin y al cabo es eso... una serie de corazonadas que hacen que el ascenso o descenso sea cuanto menos inciertamente real, posiblemente imposible y sobretodo, realmente ficticio.


Y bien sabe esta deidad que me guía que prefiero estancarme en lo irracional de las serendipias.

domingo, 18 de agosto de 2013

Definitivamente, nunca más quizás.

Estoy vacía de palabras. 

A veces me parece que se nos escapó un adiós cuando ambos queríamos decir hasta nunca. Lo cierto es que pensándolo bien quizás hubiese preferido esa frase, Porque al parecer estas otras se han  llevado en mi cabeza una eternidad.

Y bien... asumámoslo.

No hay mayor distancia que esa que aleja a dos corazones. A pesar de que los cuerpos estén a menos de 5 cm.

Me dejó el humo de todo aquello  metido en la cabeza. Debí disipar la niebla cuando tuve tiempo: las sombras entre las nubes pueden parecer aquello que no es, y eso es, quizás, todo lo bueno que nos pasó a nosotros.

Y es curioso que aún hoy siga hablando de  un "nosotros", cuando lo cierto es que ese pronombre no se extiende a ti. Más bien me engloba a mi en mi ilusa idea de formar parte de lo que un día fue nuestra vida.

Dió un portazo al salir y el eco se coló por todo los restos que quedaban aún de la torre que había estado construyendo. Creo que , si me paro a escuchar con atención, sigo oyendo la sutileza de sus juegos de palabras y sus palabras de doble filo. Siempre dispuesto a decir sí pero alegando un quizás porque para él los puntos suspensivos marcaban la diferencia entre el mentir, y el decir la verdad a medias.

Ya nada importa, me parece a mi.


Estoy cansada de buscar ciertos ojos en una multitud, cuando al parecer, esos ojos siempre, siempre... siempre han estado cerrados.


Al menos para mi.


See ya later, alligator.