Se hacía de noche en la luz del Alba tan sólo cuando la oscuridad de sus ojos decidía mirar más allá del horizonte de momentos que se le avecinaba, ahora que tan ansiada fecha había llegado.
Y sin embargo, era tal la luz de su mirada que desde el mismo cielo, y tentada por la belleza de sus pestañas, una estrella, más parecida a un lucero, bajó a posarse en su ojo izquierdo. Intentando en vano copiar la energía y fuerza que irradias.
Mecen tus labios la más dulce de las voces. Esa misma que hace tormenta en oídos ajenos cada vez que te da por fruncir el ceño. Hacen estos labios, las veces de colchón color carmín, y las rosas tempranas de Mayo se sonrojan si te da, misteriosamente por sonreir.
Tienes de liviana y docil lo que tienes de rubia y pálida, y aún así hay quien por gracia divina logra sacarte una sonrisa de cuando en cuando y te amansa cual gatito con tan sólo su presencia. Vamos a llamarlo Pablo.
Siempre me ha gustado verte dormir, así como quien no lo hace a propósito, porque es solo entonces cuando el run run de tu cabeza parece parar, y dejas, no sé si queriendo o sin querer, entrever todo lo que esa cabecita guarda en forma de murmullos- o ronquidos- pocas veces entendibles pero la mayoría reconocibles.
Calzas ya 18 primaveras, señorita señoreada, y con el mundo bajo tus zapatos aún me pregunto si habrá tacones suficientes en toda europa para seguirte el ritmo. Y me da miedo pensar que estás tan lejos. Y que yo estoy tan cerca virtualmente.
Y me encanta el hecho de que aunque nos separen más de 1500 km, sabes que te basta un: "Nena..." Para tenerme ahí, a tu lado.
Te quiero, pequeña.
Felicidades, hermana.
Preludio de una palabra
jueves, 6 de febrero de 2014
domingo, 2 de febrero de 2014
Where have you been?
Another day between the lost lands of your smile.
I hear your breath slowly next to my ear and I wonder how long will it take for me to wake you up with a kiss.
I've been dreaming that dream again. That in wich you hold my hand just to feel that I'm still close to you. I've been willing your touch so long that now that you're here, The fact of feeling it against my skin seems just another of those virtual thoughts I've been having.
I think I have already memorise all the moles in your back. Just in case i get lost eventually, and need to know the way back to your chest.
Is this stupid song still playing in my mind?
I swear nobody hear my silence as loudly as you do.
I swear nobody can turn them into moanings the way you do.
Another day between the sound your heart does when I come closer and those that mine does when you kiss me goodbye.
I don't know how would I describe. "Happiness" but I'm pretty sure this is quite close to it.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Fun, Fun, Fun.
¿Acaso fue un sueño?
Quizás se preguntase por todo aquello más de una vez en su mente. Encerrada y segura de que poco le quedaba ya por ver entre los cristales opacos y empañados de sus recuerdos. Quizás le diesen ganas de ahogar un grito de cuando en cuando, y guiñar un ojo a todo aquello que ya sabía que era nada. Esperando quizás una respuesta que le confirmase que no había sido sólo fruto de su imaginación
Y luego le volvía la cordura a la mente. Y recordaba los arañazos en el tiempo y el sabor salado de las lágrimas ahogadas entre las pupilas. Y el olor a soledad y a incertidumbre disimulado con tiempos interminables de espera inútil.
Respiraba profundo, casi tanto como un suspiro, pero sin rastro de añoranza en él. Exhalaba días de lluvia pendiente de una pantalla. Y noches en vela esperando una respuesta. Y se sentía tan redimida a medida que su pecho se desinflaba por momentos, que pensó que llevaba albergando el vacío demasiado tiempo.
¿Cuánto tiempo tarda en sanar un corazón roto?
Supongo que depende de la distancia.
Y de aquí a Australia hay muchos, muchos kilómetros de olvido. Pero por suerte para mi, nunca me ha dado miedo volar. A pesar de que la lluvia golpee sobre todo hoy, con fuerza mi ventana.
Quizás se preguntase por todo aquello más de una vez en su mente. Encerrada y segura de que poco le quedaba ya por ver entre los cristales opacos y empañados de sus recuerdos. Quizás le diesen ganas de ahogar un grito de cuando en cuando, y guiñar un ojo a todo aquello que ya sabía que era nada. Esperando quizás una respuesta que le confirmase que no había sido sólo fruto de su imaginación
Y luego le volvía la cordura a la mente. Y recordaba los arañazos en el tiempo y el sabor salado de las lágrimas ahogadas entre las pupilas. Y el olor a soledad y a incertidumbre disimulado con tiempos interminables de espera inútil.
Respiraba profundo, casi tanto como un suspiro, pero sin rastro de añoranza en él. Exhalaba días de lluvia pendiente de una pantalla. Y noches en vela esperando una respuesta. Y se sentía tan redimida a medida que su pecho se desinflaba por momentos, que pensó que llevaba albergando el vacío demasiado tiempo.
¿Cuánto tiempo tarda en sanar un corazón roto?
Supongo que depende de la distancia.
Y de aquí a Australia hay muchos, muchos kilómetros de olvido. Pero por suerte para mi, nunca me ha dado miedo volar. A pesar de que la lluvia golpee sobre todo hoy, con fuerza mi ventana.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Every end has an end.
Ni un adiós.
Fue silencioso. Como la gota de agua que acaba por derramar levemente el vaso. Como el desaparecer de una estrella o el leve chispazo al consumirse una cerilla. Así. Sin vuelta de página.
No sé si me gusta esta sensación. No sé si me gusta este hecho de pasar página. Y al contrario de lo que pueda pensar, no duele.Simplemente está ahí. Es un hecho. Era irremediable. Era. Simplemente.
Como si pudiese pasar mi mano por antiguas cicatrices. Siguen ahí, sí. Pero... tan sólo para recordarme que no hay nada más en común con ese tiempo en el que nos regalábamos los minutos. Y ya ni siquiera me acuerdo de su voz. Ni de su olor... y casi he olvidado el tono exacto del azul de sus ojos.
Hoy es el primer día del resto de nuestras vidas como extraños.
Que curioso.
Quién nos iba a decir hace un año que pasaríamos de rompernos los labios a mordiscos a mordernos los labios en silencio.
See you later alligator.
Fue silencioso. Como la gota de agua que acaba por derramar levemente el vaso. Como el desaparecer de una estrella o el leve chispazo al consumirse una cerilla. Así. Sin vuelta de página.
No sé si me gusta esta sensación. No sé si me gusta este hecho de pasar página. Y al contrario de lo que pueda pensar, no duele.Simplemente está ahí. Es un hecho. Era irremediable. Era. Simplemente.
Como si pudiese pasar mi mano por antiguas cicatrices. Siguen ahí, sí. Pero... tan sólo para recordarme que no hay nada más en común con ese tiempo en el que nos regalábamos los minutos. Y ya ni siquiera me acuerdo de su voz. Ni de su olor... y casi he olvidado el tono exacto del azul de sus ojos.
Hoy es el primer día del resto de nuestras vidas como extraños.
Que curioso.
Quién nos iba a decir hace un año que pasaríamos de rompernos los labios a mordiscos a mordernos los labios en silencio.
See you later alligator.
martes, 12 de noviembre de 2013
Estrella fugaz.
Se ha posado en mi ventana como si hubiese estado esperando ahí tan sólo para mi doscientos años. No sé si alguien más la habrá visto morir. Pero con ella nacen mis deseos e irrealidades de nuevo.
Esa ilusa ingenuidad que, estoy empezando a creer, es el motor que mueve mis sentidos, mi corazón, y -porqué no-mi cabeza.
Arrojé en ella cualquier pensamiento efímero lleno de deseos e ilusiones. Cómo si por el hecho de cruzarse en mis pupilas 3 milésimas de segundo ya tuviese la capacidad de cumplirlos todos. Pero ya me conocéis... Me muevo en lo imposible y se me suele poner una sonrisa en los labios a medida que esa imposibilidad se va haciendo cada vez menos tangible.
Pues eso le pedí.
Lo de siempre.
Lo que no tengo. Lo que no conozco.Lo que equivoco. Lo que se hace vacío cuando inspiro profundo y se vuelve a vislumbrar cuando vuelve a mi esta lucidez pasajera.
Me pregunto si lo efímero de su luz será tan sólo fruto de mi imaginación, como tantas cosas en los últimos dos años, o se habrá calcado en mi pupila el rastro de incandescencia que ha dejado tras de sí.
Digamos que me he vuelto a precipitar con la visión de una ilusión. Con el olor a canela y a chocolate blanco. Con la idea de un otro alguien que me sonroje con una mirada y recomponga mis carcajadas a base de sonrisas.
Y de nuevo, hace frío y está oscuro ahí fuera.
Esa ilusa ingenuidad que, estoy empezando a creer, es el motor que mueve mis sentidos, mi corazón, y -porqué no-mi cabeza.
Arrojé en ella cualquier pensamiento efímero lleno de deseos e ilusiones. Cómo si por el hecho de cruzarse en mis pupilas 3 milésimas de segundo ya tuviese la capacidad de cumplirlos todos. Pero ya me conocéis... Me muevo en lo imposible y se me suele poner una sonrisa en los labios a medida que esa imposibilidad se va haciendo cada vez menos tangible.
Pues eso le pedí.
Lo de siempre.
Lo que no tengo. Lo que no conozco.Lo que equivoco. Lo que se hace vacío cuando inspiro profundo y se vuelve a vislumbrar cuando vuelve a mi esta lucidez pasajera.
Me pregunto si lo efímero de su luz será tan sólo fruto de mi imaginación, como tantas cosas en los últimos dos años, o se habrá calcado en mi pupila el rastro de incandescencia que ha dejado tras de sí.
Digamos que me he vuelto a precipitar con la visión de una ilusión. Con el olor a canela y a chocolate blanco. Con la idea de un otro alguien que me sonroje con una mirada y recomponga mis carcajadas a base de sonrisas.
Y de nuevo, hace frío y está oscuro ahí fuera.
sábado, 26 de octubre de 2013
Wind.
No esque no quiera cerrar los ojos. Supongo que es tan sólo que me da miedo abrirlos a mi mente.
Hace que no me paseo por ella.Y está llena de recodos sin sentido, de pilas a medio ordenar donde el orden alfabético de las palabras olvidadas es más certero que aquel que marcan los segmentos unidos de dos letras.
Será que me vuelvo a mi misma a cada instante y que aunque esté en este país, mi mirada no tiene un rumbo puesto, o nada que se le parezca. Será que aún, muy de cuando en cuando, me da frío por las noches al dormir sin la manta de tus lunares sobre mis hombros.
Qué irónico.
La de tipos de silencios que hay en el mundo, y me toca a mi este incómodo. Quizás vaticine una tormenta, no lo sé.
Por ahora, lo único que tengo cierto es que se aproxima un huracán a los alrededores de Swindon. No voy a ser egoísta. Diré que ojalá se lleve todo aquello que falta en mi mente, para poder así ordenar lo que verdaderamente siempre ha tenido que estar en ella.
Y la rutina...
Supongo que me encargaré de ella en otro momento.
Hace que no me paseo por ella.Y está llena de recodos sin sentido, de pilas a medio ordenar donde el orden alfabético de las palabras olvidadas es más certero que aquel que marcan los segmentos unidos de dos letras.
Será que me vuelvo a mi misma a cada instante y que aunque esté en este país, mi mirada no tiene un rumbo puesto, o nada que se le parezca. Será que aún, muy de cuando en cuando, me da frío por las noches al dormir sin la manta de tus lunares sobre mis hombros.
Qué irónico.
La de tipos de silencios que hay en el mundo, y me toca a mi este incómodo. Quizás vaticine una tormenta, no lo sé.
Por ahora, lo único que tengo cierto es que se aproxima un huracán a los alrededores de Swindon. No voy a ser egoísta. Diré que ojalá se lleve todo aquello que falta en mi mente, para poder así ordenar lo que verdaderamente siempre ha tenido que estar en ella.
Y la rutina...
Supongo que me encargaré de ella en otro momento.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Not so... naive.
Ganas locas de comerme el mundo, junto a esta sensación desconocida de querer atarme a algo que me haga descubrir que la gravedad se basa en algo más que en sentirte unida a un pedazo de suelo.
No voy a decir que el tiempo que pasa o aquel que deja de pasar no me preocupe.Porque quizás estoy más absorta en mis pensamientos que de costumbre, pero a veces, me viene un retazo de eso que llaman minutos, y me da por autoconvencerme de que es solo una idea idealizada de lo que voy a llegar a ser mañana.
El frío de este país me trajo recuerdos con olor a cierto perfume. Una realidad frustrada, supongo, como tantas otras. Pero la lluvia misteriosa que no te cala los huesos, me hace pensar que quizás haya aún salvación para esta mi mente ingenua.
Y lo más curioso esque aún sigo escuchando las mismas canciones. Porque quizás me de miedo de encontrar alguna otra que me describa más, y olvidarme después de su nombre para quedarme atascada en la pegadiza melodia una y otra vez, hasta que mis labios se acostumbren a tararearla.
Curioso.
Los cambios de color, de tonalidades. Pasar del azul al verde musgo, justo como había descrito en mi cabeza tantas veces, y perder cualquier oportunidad posible en una sola noche. Como si el hecho de quedarme a medias hubiese hecho que aún pudiese tener alguna.
La verdad es que no busco mucho hoy en día de la mañana que me espera al abrir los ojos. Tan sólo me basta con sentir ese cosquilleo de ilusión por lo que me depara el día cada vez que en mi mente se intenten arremolinar ideas que me lleven a otro continente. O peor aún, a tiempos pasados.
No voy a decir que el tiempo que pasa o aquel que deja de pasar no me preocupe.Porque quizás estoy más absorta en mis pensamientos que de costumbre, pero a veces, me viene un retazo de eso que llaman minutos, y me da por autoconvencerme de que es solo una idea idealizada de lo que voy a llegar a ser mañana.
El frío de este país me trajo recuerdos con olor a cierto perfume. Una realidad frustrada, supongo, como tantas otras. Pero la lluvia misteriosa que no te cala los huesos, me hace pensar que quizás haya aún salvación para esta mi mente ingenua.
Y lo más curioso esque aún sigo escuchando las mismas canciones. Porque quizás me de miedo de encontrar alguna otra que me describa más, y olvidarme después de su nombre para quedarme atascada en la pegadiza melodia una y otra vez, hasta que mis labios se acostumbren a tararearla.
Curioso.
Los cambios de color, de tonalidades. Pasar del azul al verde musgo, justo como había descrito en mi cabeza tantas veces, y perder cualquier oportunidad posible en una sola noche. Como si el hecho de quedarme a medias hubiese hecho que aún pudiese tener alguna.
La verdad es que no busco mucho hoy en día de la mañana que me espera al abrir los ojos. Tan sólo me basta con sentir ese cosquilleo de ilusión por lo que me depara el día cada vez que en mi mente se intenten arremolinar ideas que me lleven a otro continente. O peor aún, a tiempos pasados.
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