jueves, 25 de abril de 2013

preludio de una vida.

No me he parado a pensar en el mundo desde hace tiempo.
Me siento lejos, como si tan sólo tuviese ojos para mirar a aquello donde tengo puesto el corazón.

No me he parado a pensar por donde ando desde hace eternidades, y a veces creo que estoy continuamente tropezando con la misma piedra mientras, y bajo mis pies, el suelo sigue rotando sin cesar. 

Se me echa el tiempo encima y aunque se me dibuja una sonrisa al pensar en el mañana, lo cierto esque en el interior tan sólo soy una niña enrabietada por una piruleta en concreto que, secretamente, sabe que nunca será suya, dejando pasar los minutos como si de algo que se puede recuperar se tratase.

Me cuesta abrir los ojos porque estan acostumbrados ya a la luz artificial que emana de un sueño que debí dejar hace un año escondido en la conciencia de un idioma que por mucho que me esfuerce no llegaré a conocer nunca.

Y últimamente tan sólo tengo una pregunta en mi cabeza...

¿Y ahora qué?

Inglaterra, Alemania, Dubai, Nueva Guinea, Bélgica..¿Australia?...

No pertenezco a nada de eso por mucho que me esfuerce, y la Gema que se ha estado escondiendo bajo la escasa capa de piel que cubre mis huesos no parece estar contenta con la manera en la que estoy dejando que se me escape el aliento.

¿Dónde voy? ¿Qué hago?

El futuro nunca me ha parecido tan cercano y a la vez inescrutable.

Tengo miedo de volver. De no poder volver. De estancarme aquí. De dejar esto.

De ir a cualquier sitio que no esté impregnado de todo aquello que me hizo feliz el alma de una manera u otra. De regresar a la soledad de la incertidumbre y a la escasez de aprecio mezclada con la abundancia de sensaciones.

¿Cuánto queda?

Lo peor esque tengo tal nudo hecho en mi vida que tire por donde tire tan sólo conseguiré enredarlo más.


Y mientras tanto, mil preludios de acontecimientos rondándome en la cabeza. Como si el hecho de vivir en el limbo de recuerdos no fuese suficiente.

miércoles, 17 de abril de 2013

La luna nos buscó desde la almena....



La luna nos buscó desde la almena,
cantó la acequia, palpitó el olvido.
Mi corazón, intrépido y cautivo,
tendió las manos, fiel a tu cadena.
Qué sábanas de yerba y luna llena
envolvieron el acto decisivo.
Qué mediodía sudoroso y vivo
enjalbegó la noche de azucena.
Por las esquinas verdes del encuentro
las caricias, ansiosas, se perdían
como en una espesura, cuerpo adentro.
Dios y sus cosas nos reconocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
dos bocas, una a una, se bebían.

A.Gala

martes, 16 de abril de 2013

Im just way too tired.

Lo fácil que podría  ser.
Lo difícil que es.
Lo sencillo que parece si eres tú el que lo explica.
 Lo complicado que se me hace cuando dejo que la realidad envuelva mi mente.

Siempre y a partir de ahora me quedará la sensación de que la vida es tan sólo un capricho de aquello a lo que egoístamente llamamos destino y que no es más que una serie de circunstancias que en este caso, me llevan a querer vivir a 2000 km de aquí, tan sólo para estar a 2 cm de tu piel.

Y si he de elegir algún momento, me quedo con todas la miradas intensas. Tu voz entrecortada musitando cuánto vas a echarme de menos. Nuestras ganas locas de comernos a besos y la risa tonta entre nuestros labios.

El viajar de tu mano a cualquier parte, tan sólo para sentir que entre mis dedos siempre habrá espacio para los tuyos.

Mis rarezas. Tus desganas. Mis ansias. Tu paciencia.

Tú. Yo.

El querernos como locos una semana y acabar con tu imagen mientras  marchas en mi cabeza.

Con eso y con tu aroma y mil besos estancados en forma de peluche.

El saber, de manera inconsciente que es la primera  y la última vez que mis oídos escucharán a tu voz decir "Te quiero".

martes, 2 de abril de 2013

The final countdown.

                       

                                                       8-7

No hay remedio. No hay consuelo en tus palabras, ni silencios que marquen de sol este nublado perenne.

Es curioso que hayas elegido justo esta semana. Porque podrías simplemente haber desaparecido antes o haberme regalado la más feliz de las esperas.

No sé si divago o estoy al borde de la locura.

De esta esperpéntica soledad a medias en la que me tiene sumida tu llegada. De las inseguridades que me causa a medida que avanza la fecha y disminuye la cuenta atrás.

En lo poco y mucho que añoro el tiempo en el que no contaba el minutero.

Y quizás y todo, sea mejor así.

Tanto esperar que florezca abril para cubrirlo al final de nubes de olvido y distancia.