miércoles, 23 de marzo de 2011

C'est moi la vie en rose.

Olor a azahar mientras se escuchan mis pasos entre el bullicio de los coches a mi alrededor.

No habia percatado en las pequeñas flores que emanan ya de los naranjos. Quizás ahora, que las luces de la bohemia se han apoderado de mis retinas, las han hecho suyas, pueda ver con claridad como se ha acercado la primavera mientras yo sigo en mi Otoño.

O eso es lo que suelen decir.

La soledad hace sentir conocidas a las miradas que voy cruzando con los extraños. Como si además del aire y el espacio físico que compartimos, tuviesemos una historia en común. Una historia que comienza y acaba con un pestañeo.

Todo sería menos gris sin el aderezzo adecuado. Por ahora me basta con ponerle banda sonora a mi vida a través de unos cascos. O al menos, a eso me he acostumbrado.

Se pone en verde el semáforo.

Tengo 30 segundos para compartir al menos 10 momentos con totales desconocidos, mientras me lleno los pulmones de la fragancia del azahar.

Luego, cambiará el ritmo de Prokofiev a Beethoven. Y mira por donde,Ironicamente, su novena sinfonía.

viernes, 18 de marzo de 2011

Viernes

Otro día más que se sale de mis expectativas.

Otra maraña de ideas en mi cabeza.

Apenas puedo desenredarlas, y eso que lo hago por ver como pasa el tiempo mientras se dispersan en mis manos.

He aprendido a ver pasar la vida por delante de mi nariz dando pasos que no son nada comparados con la velocidad de la carrera de los que me rodean

Básicamente, y si se me permite la observación, Vivo acorralada entre la ironía de integrarme a la rutina o la de caer en la soledad más bohemia.

Oscilo, a decir verdad, entre ambas líneas.


Suelo ser tan rutinariamente solitaria que a veces me fascina la bohemia con la que en ocasiones inesperadas me sorprende eso a lo que todos llaman vida.

En fin.

Más planes de fin de semana enterrado entre jaulas de dedos.

Supongo que me tengo que ir acostumbrando.

domingo, 6 de marzo de 2011

Adiós.

Un poco de sí y otro poco de No.

Estaba casi claro. No sé de que me sorprendo.

Cuando devoras el mundo desde el principio, sin esperar ni dejar para después, la vida luego pasa lenta, apática.Aburrida y solitaria.

Entrelazan las manos a tu alrededor. Sin sentido oprimes el aire que rodea la tuya, imaginando un pulso, un ápice de movimiento entre tus dedos.

Sin remedio suspiras, y no de amor- como otras veces-. Suspiras de vacio. De horas muertas frente a una pantalla que no te muestra nada más que lo que ya sabes.Por mucho interés que pongas en interpretar palabras.

Tú despreciaste la luna cuando te la bajaron del cielo. Olvidaste pedir perdón por falsos te quiero. Tu que vives y sueñas enamorada del amor que no llama a tu puerta, rodeas el espacio que queda en tu cabeza con falsas ideas de ilusión por nada.

Es curioso que cuando menos te lo esperas, va la vida y te sorprende, como se suele decir.O al menos sorprende a otros.

A mi poca sorpresa me queda en esta vida, aparte de levantarme cada día con la incertidumbre de si habrán subido o no unas notas que de sobra sé aprobada.