miércoles, 20 de febrero de 2013

Serendipity.

Justo cuando la nieve parecía cubrir por completo cualquier rastro de calidez a su paso, me encontré con cada uno de los resquicios de mi mente abstracta e insegura, casi tanto como para ser capaz de derretir el polo de loa ingenuidad.

Pocas o muchas ilusiones enterradas en el camino, y una única meta camuflada de recuerdos de año nuevo.

Y si te da por aparecer, aquí, donde el tiempo se para en las sonrisas y el sonido del viento no es más que un recuerdo abstracto de 8 grados bajo cero, entonces, y sólo entonces, te juro que abandonaré mi hacha de guerra.

Tan sólo para verme morir una y otra vez en tus brazos.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Un año.

Se acabó perdiendo en su  memoria como cifras que almacenaba el silencio. A través de una lente peregrina e influenciada por la salida y la puesta del sol. Oscureciendo sus sentimientos y tornando su humor a gris cuando la gama de negros no era suficientemente fiable como para usarla.

Se me acabaron cerrando los sueños mientras la vida pasaba sin pena ni alegría a través del minutero. Agujas que se habían estancado en momentos claves. Como nuestro primer beso, y el último. Y las ganas clavadas en la mirada. Y la mirada llena de vacío, y la mente, envolviendo recuerdos pasajeros borrados por un mar.

¿Y después qué?

Decepción en vena. Horas tiradas por un balcón al vacío. Sensación de pérdida en los labios, y con suerte alguna que otra lágrima pasajera que deje ver que se rompe el camino de espinas para marcar los peldaños del resto de nuestra vida.


¿Qué me pasa?

Feliz San Valentín.