miércoles, 4 de mayo de 2011

Antes de.

Suena de fondo música fina. Sutil.Delicia para mis oídos, aunque no esté dedicada a mi.

Un humo disipa lo que no esconde y lo hace claro, como si de nieve se tratase.

Llevo buscando mucho tiempo excusas, como si sirviesen de algo. Y ahora, poco a poco, a ratos, doy con ellas miles de veces.Como si siempre las hubiese encontrado.

¿Y tú? ¿Qué le pides tú a la conversación entre dos desconocidos?

Suele acabar en excusas, en pretextos, en canciones que nunca escucharon. Sólo por sentir la cercanía del que les lee, a dos palmos de sus manos.

Se oye de lejos dos voces. Serenas, pasajeras, misteriosas, acompasadas.


Sólo ellos reconocen sus palabras mientras los demás, tan sólo las adivinan.

¿Y tú? ¿Qué le pides tú a una noche de verano?

Lo efímero de los rayos del sol.La majestuosidad de los días interminables. El calor que apenas caliente los huesos, y el dormir después miles de años.

Y el despertar.

El despertar de los ojos. De las miradas. De los dedos entrelazados.

El sentir, simplemente, en mi piel el estío y los vellos enervados.

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