Justo cuando la nieve parecía cubrir por completo cualquier rastro de calidez a su paso, me encontré con cada uno de los resquicios de mi mente abstracta e insegura, casi tanto como para ser capaz de derretir el polo de loa ingenuidad.
Pocas o muchas ilusiones enterradas en el camino, y una única meta camuflada de recuerdos de año nuevo.
Y si te da por aparecer, aquí, donde el tiempo se para en las sonrisas y el sonido del viento no es más que un recuerdo abstracto de 8 grados bajo cero, entonces, y sólo entonces, te juro que abandonaré mi hacha de guerra.
Tan sólo para verme morir una y otra vez en tus brazos.
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