lunes, 25 de junio de 2012

¿Sabes esa sensación de querer estar en dos partes al mismo tiempo?

De añorar cada uno de los momentos que podrías vivir aún incluso sin haberlos vivido aún. De querer querer con ganas y que la distancia te ate al olvido quieras o no. De sentir, que por mucho que tenses la cuerda, no se mueve el mundo si no encuentra un buen punto de apoyo donde anclarse y seguir rodando.

Y todo lo demás es inútil.


Pues bien, así llevo sintiéndome unos días.

No es que no tenga ganas de dejar esto atrás y volver a mi vida rutinaria en España. Deseo con todas mis ganas ver a mi (ex) diente conoide, mi pinri, mi señora faraona, mister mino y algún que otro personaje más de la farándula Alcalareña. Deseo con todas mis fuerzas quedar una tarde a hacer nada, y ponerme gorda comiendo guarrerías en la mansión encantada. Enfadarme por cualquier gilipollez y que se me olvide al segundo con un abrazo y una paringa... y reir... reir hasta llorar.

Pero eso significa dejar atrás algo que siempre supe que olvidaría. Recular años luz y toparme con la realidad de mis últimas pesadillas. O sueños tontos, como quieras llamarlos.


Egoístamente, quisiera traer todo lo que me ata a españa a este trocito de sueño, que es mi vida en Inglaterra. Asignarles a cada uno una casa y vivir felices para siempre aquí con ellos y comer alguna que otra perdiz, que nunca está de más.

Pero claro... también me prometí a mi misma dejar de creer en utopías y comenzar a hacer de mi realidad mi mayor logro.




Ps: You can´t imagine how fucking much  I miss your eyes.




No hay comentarios:

Publicar un comentario