domingo, 31 de octubre de 2010

Eyes.

Cabe en una mirada un mundo si te apetece mirarme.

Cabe en una de nuestras miradas el tiempo que se nos para cuando nos miramos de aquella manera.

Cabe en mi sonrisa la inocencia que escapa entre mis labios y la madurez de tu risa hace mella en tu descaro.



Cabe en mi respiración una pausa, si me miras y si te miro se aceleran las estrellas y dejan paso al sol de tus pupilas.

No hace falta hablar si me miras, con esa intensidad que parece querer arrancar de mi pecho el corazón. Que parece que quiere hacer hablar a tus ojos. Que parece que intenta acallar los ruidos de alrrededor y dejar paso a los murmullos de nuestro silencio. A las voces de nuestros ojos.


A lo que no se dice, pero se palpa. A lo que no se palpa, pero se dice. Y a lo que se oculta, pero se deja ver con la mirada.

martes, 26 de octubre de 2010

Don't you cry, tonight.

Duele. Duele tenerlo todo. Me desgarra el que se quede nada.

Duele poder querer y no querer poder. Porque duele la manera en que me miras. La manera en la que me haces suspirar. Como me muerdo el labio con tan sólo verte decir: Me gustas, nena.

La manera en que te adentras en mis sábanas cada noche, revolviendolas, haciendolas pequeñas y conmigo dentro sin nada más que un cuerpo cálido- o frío por la distancia -que ofrecerte. Todo y nada, eso es lo que siempre quisimos ser ¿No? Pues aquí estamos.

Me pides que abra los ojos. ¿Los ojos o las piernas?

Tus eufemismos suelen alterar mis estados de animo, y ya sabemos como suele acabar eso.Hablas, pero no dices nada si no me apetece que lo hagas, porque ambos sabemos como solemos acabar si te da por hablar demasiado, nene.


Tus caricias, por ahora, no son más que arañazos en este solitario corazón y tu besos intentos de cura.Luego se convertiran en tentación, mientras tanto dejan la marca de tus dedos en mi estómago, disfrazandose de mariposas. Pero no me importa que me arañes con esa fiereza mientras te enredas en mi, con ese desdén que hace que me vuelva loca. Una y otra vez, hasta que acabo por desquiciarme.

No me importa pasar más de una madrugada despierta si eso implica tener tus jadeos en mis oidos. Sentir mis uñas clavadas en tu espalda, llorar de felicidad, dejar que gruñan mis sentidos y acabar alabando a Dios sin estar estrictamente rezando.

Porque me haces volar con cada uno de tus impulsos que cada vez se introducen más en mi. Siento que me penetran tus ojos y que eyacula tu mirada, al menos por un momento. Para después dejarme vacia y sin nada.


Me pides que cierre las piernas. ¿Las piernas, o los ojos?


viernes, 15 de octubre de 2010

Segunda estrella a la derecha y...

Volar nunca me pareció tan dificil.


Yo, simplemente abro los brazos y dejo que el viento me meza, sin control, llevada por las corrientes de aries fríos que me suelen cortar los suspiros y hacen que los confunda con ellas mismas.



Me gusta extender las manos y atrapar entre ellos toda la nada de mi alrededor, como si pudiese albergar la vida en un abrazo o parar el tiempo con la yema de los dedos mientras bajo de mi, la tierra sigue girando y alejándose cada vez más.




Suelo tener problemas si paso mucho tiempo con los ojos abiertos y tiendo a marearme de palabras cuando permanezco mucho callada, así que no te extrañe que me quede dormida y te ensilencie con mis monólgos adormecidos o despiertos, depende de si llueve o hace sol.



Creo que es por eso por lo que a veces cierro los ojos, mientras las gotas de lluvia empapan mis pestañas y confundo lo oscuro de mi mente con la oscuridad de las profundidades marinas. Es entonces cuando comienzo a preguntarme si vuelo o nado. Si estoy sumergida en un mar de dudas o en un viento huracanado de locura.


Porque siento que mi mente se vuelve lista, pero mi cabeza se vuelve tonta.


Y no me hacen falta más alas que el latir contínuo de mi pecho para alcanzar el amanecer.

domingo, 10 de octubre de 2010

Retiro.

Cuando pienso qué pienso si te noto alrededor, me siento tan estúpida que las señales más leves de entusiasmo se vuelven al poco tiempo decepciones.

Cuando siento que siento que tus manos no rodeen las mias a pesar de estar a menos de un palmo de distancia, el corazón se me escapa por los oídos retumbando tan fuerte en el pecho que temo que lo escuchesy acabes alejandolas de mi.

Cuando siento que pienso en como sería amarnos, tenerte,morir cada día en tus labios... Siento vivir mi locura de contrabando, como quien oculta tras sábanas la silueta de lo que todos están pensando.

Cuando pienso Cuánto siento, cuánto callo, cuánto aguardo... me duele al suspirar el alma y me tiembla la voz de la razón a ratos.


Pero sobre todo pienso que siento y siento que pienso, quizás,"mal" enamorarme.

domingo, 3 de octubre de 2010

Who?

-Contigo.

-¿Conmigo? No tiene mucho sentido.No es lo que tu piensas, es un desastre. Es un todo un nada, un poco o un mucho, es vivir por vivir y un morir a medias en cada segundo.Es escapar de una vida para alcanzar un holograma.

-No me importa. Contigo.

-No hay marcha atrás cuando das el paso, no hay salida al principio del fin. La soledad será abrumante y a veces desearás volver donde empezáste. Pero no es posible.¿De verdad quieres dejarlo todo atrás? ¿Cerrar los ojos y sentir que lo que has hecho hasta ahora no importa? ¿Que debes empezar por olvidar todo y a todos y construirte de nuevo sin tener si quiera una base por la que comenzar?

-No me importa. Sí.Contigo.

- De acuerdo Pero antes que nada... quiero que sepas que no puedo buscar un sitio donde la lluvia no moje o el frío no se cale en los huesos. No sé si podré alcanzar algún amanecer y te dolerán los pies a medida que avances.El cielo se teñirá de nácar cuando desees que el sol te ponga morena y la humedad de la lluvia no será tan sólo el compás que marque nuestros pasos.

-No me importa. Alcanzaremos los anocheceres que serán nuestra salida del sol. Sí. Contigo.

-Muy bien... ahora la cuestión es... Conmigo... ¿Dónde?

-No. En realidad es ...Contigo, pero... ¿ Con Quién?

viernes, 1 de octubre de 2010

Ergo...sum?

La densidad de tus palabras no es molesta si la acompañas de una de tus sonrisas torcidas. Suelo sentirme estúpida al imaginarlas a escasos centímetros de mi, sin ni si quiera haber contemplado una de lejos. Y entonces sacudo la cabeza apartando de mi pensamientos que ha diferencia de la mayoría de ellos, he de analizar antes de soltartelos.

La más firme rotundidad se convierte en duda si te apetece hacerme pensar.Lo que para ti es obvio para mi es necedad, o al menos, hasta que no escucho tus argumentos. tus silencios se vuelven agonía hasta que te excusas por ellos. Y entonces yo vuelvo a respirar.

Practicamente desconocido después de casi un año y medio tras una simple ventana, que es la que nos separa y nos une siempre que te tengo cerca, pero a la vez tan familiar que temo y anhelo encontrarte en la cocina cuando despierto por las mañanas.

Cambias mi norte y mi sur hasta que me doy cuenta de que no son más que aquellos que tu me digas que son, aunque me cueste trabajo asimilarlo.Hasta que los haces confluir en un punto intermedio para ambos.Me haces querer seguir escuchándote aunque los ojos se me cierren poco a poco, tan sólo por quedar arrullada en tu voz. En tu tono. En tus eses.

Si te quedas sin decir nada, mirando directamente al objetivo, me siento saltar el corazón apresurado a escapar del pecho y quiero llenar con palabras esos silencios, que en otro aspecto y en otras circunstancias llenaría con acciones.

El tiempo no es nada para mí e intento hacerte ver que no es nada más que momentos y sombras que hemos vivido, aunque tu te empeñes en oscurecer aún más esas sombras y hacer odiosos esos momentos, para darle importancia a ese tiempo que nos separa. Porque sabes que para mí es efímero e intentas hacerme cambiar de opinión, como en tantas otras cosas.

Pensar en ti se me hace tan fácil, tan obvio, tan necesario, tan importante como frustrante.


No sé si habré aprendido de ti lo que has querido enseñarme, pero creo que me has mostrado lo más importante: Que la distancia no tiene mayor importancia, que la que nosotros queramos darle.