martes, 11 de octubre de 2011

F4EVER

El tiempo pasa demasiado lento mientras camino a trompicones. Al principio jamás pensé perderme entre mis propias pisadas, pero ahora veo que la verdad es demasiado relativa, y que nadie esta contigo sin pedir nada a cambio, y los que no lo hacen, simplemente están contra ti. Es eso o que me he perdido entre las huellas de zapatos ajenos.

Se me acaban los adioses. Una y otra vez en la misma mañana cuando me decido entre lo que esta bien o mal. O eso es lo que solía hacer.Ahora en realidad me da un poco igual hacer o no lo correcto.

Lo cierto es que el camino a casa puede ser más largo y lento de lo que me esperaba, y justo cuando decido que eso no me importa empieza a llover a mares.Y lo más frustrante es que parece que no puedes refugiarte de las gotas si no tienes a nadie con el que meterte bajo el paragüas. Todos pintan soportes de metal con lápices de colores falsos, poniendo luces de neón llamativas para hacerte sentir esa falsa seguridad que da el pensar que vas a permanecer seco, y lo peor es que no te das cuenta de que estás calado hasta que sientes el frío en cada poro de tu piel.

No merece la pena caminar mucho rato si la senda que sigues es demasiado tortuosa. El problema es, que cuando te das cuenta, miles de manos te empujan a seguir una y otra vez por mucho que insistas en que quieres regresar al punto de partida y en que no quieres caminar evitando más charcos.

Yo no creo en el destino, y mucho menos en el Karma, pero últimamente estoy empezando a pensar que he debido de ser muy mala en mi otra vida.


1 comentario:

  1. Me ha encantado. Nuestra realidad, a fin de cuentas.


    Albert

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