Hace que mi cabeza se desordene y ordene por segundos. Me hace creer ser torpe. Me da miedo no dirigir mis palabras a él casi tanto como atosigarlo a comentarios.
Odio su-mala- educación. No soporto que no me mire cuándo me habla.
Me saca de quicio que quiera saber todo de mi, y no preste atención a nada.
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