miércoles, 29 de junio de 2011

Amistad.

¿Cuánto tiempo hace?

Corría aún el sueño por mis ojos y los oídos se me llenaban de cuando en cuando de cosas bonitas. Solía escribir pensando que al menos él me leía.

No creo que eso pase ahora.

Hace tanto que esta nube se poso sobre nuestras cabezas que yo apenas sé distinguir el sol en él, como solía hacerlo antes. Pero eso no parece importarle demasiado.

Y si no le importa a él, menos aún me debe importar a mi.


Una vez nos dijimos a escondidas que dejaríamos de hablarnos con los ojos. Dejaríamos de inventar historias que al final acabasen en risas. Dejaríamos de comprendernos tanto y tan poco el uno al otro.

Y no andábamos muy desencaminados.

Me jode enormemente verlo pasar cómo quién ve a lo lejos un barco fantasma. Sorprenderme por lo irreal que puede ser de cuando en cuando si le da por ir al son que manda la marea cuando ambos, y digo ambos porque tanto él como yo lo sabemos, lo único que queremos es navegar a la deriva y alcanzar puerto tan sólo cuando toque, para echar unas risas y volver a la mar.


Me sorprende su actitud casi tanto como a él le pudo sorprender la mía.


En fin.Supongo que hay rencores que duran mil años.


Sólo espero que se nos pasen rápido, porque al menos yo, lo echo de menos.

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