viernes, 8 de julio de 2011

En fin...

Me derrito. Me fundo con la realidad insulsa todas las tardes.

Tan sólo me dejo envolver por la caja de Pandora en la que me estoy sumergiendo y me cuesta respirar el desprecio,la ironía de los que te sonríen a medias y la falsedad de aquellos que te enseñan hasta la campanilla al carcajear.

Hoy por hoy no creo que la humanidad tenga salvación-Y eso que siempre he creído que no hay mal que por bien no venga- Somos demasiado importante como para esperar que tras la tormenta pueda llegar la calma ansiada.

De hecho, la venderíamos al mejor postor siempre y cuando nos asegurásemos un buen pellizco mientras dura la tempestad.

Me he dado cuenta que el Carpe Diem y el Tempus fugit están demasiado explotados, que solemos confundir en más de una ocasión libertad con libertinaje y lo peor es que nos sentimos orgullosos de mostrar a bocajarro nuestros avances.

Mientras, en la otra punta del planeta, donde el cable aún no ha ocasionado obras por doquier y las antenas no han producido ni un sólo caso de cáncer, se siguen preocupando por el sentimiento y no el sentido. Dicen siempre porque saben que la amistad durará para siempre.Viven la enfermedad como un proceso más de la vida y no como una carga a la larga. Aceptan la muerte para comenzar el proceso de recordar en vida. No ven en nuestros billetes más que trozos de papel coloreados,y comparten los últimos granos de arroz que el sofocante calor ha permitido que recojan de la cosecha.

Y aún así, nosotros somos los desarrollados.

1 comentario: