viernes, 16 de julio de 2010

Just because I'm losing doesn't mean I'm lost

Inventarme, renombrarme, seguirme, descrubrirme, soñarme, ilusionarme de nuevo.



Muchas veces las cosas más simples son las que cuesta más dejar atrás. Porque se agarran al alma e impiden que avances de una manera u otra. Cuesta decir adiós a la felicidad pasada o a la ilusión que te hacía sentir viva en algunos momentos.

Desafortunadamente, a veces, esas despedidas son amargas empañadas por momentos inesperados. Te das cuenta cuando tus pestañeos se hacen abundantes y tus ojos buscan girar a otro lugar donde no duela la visión. O al menos donde no puedas ver.

Pero como se suele decir el fin no justifica los medios. Y aunque mis medios no son claros del todo mi fin si lo es. Espero poder empezar cuanto antes. Porque me he cansado de vivir por y para acatar. De soñar con albergar en mi mano el universo y olvidarme que quizás yo era la agarrada de la mano de manera perenne.


Me gustaría saber por un momento como es reir sin pensar las consecuencias. Mirar sin explicar el por qué de la mirada. Sentir sabiendo que también sienten y lanzarme a la piscina sin miedo a salpicar a nadie, o como mucho a la persona que salte a mi lado.



Si tuviese que elegir entre las cosas simples que me gustaría dejar de lado creo que a duras penas me desharía de alguna. Porque son éstas las que hacen que mi vida no sea monótona, predecible y aburrida. Y aunque parezca mentira, me ha costado descubrirlo.

Sin embargo, e inexplicablemente son las que más extraño cuando las noto lejos. Las que menos agradezco cuando las tengo. Las que más feliz me hacen cuando las siento.


Porque son precisamente esos pequeños detalles los que me hacen ser lo que soy.

2 comentarios:

  1. Y aún así, algo microscópico sigue fascinándonos de una forma que no puede compararse con un universo

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