martes, 28 de diciembre de 2010

Prefiero extinguirme que desaparecer lentamente

Desaparecer. Esfumarme. Disiparme. Apagarme. Fundirme. Consumirme. Arrojarme. Desvanecerme. Ocultarme. Hacerme invisible. Olvidarme. Escapar.

Agudizo los sentidos por si me toca esconderme tras mi escudo. Ese que me ha salvado de morir entre sollozos tantas veces.

Sin embargo, esta vez es un poco distinto.

No hay escudos que valgan cuando los puñales no son corpóreos. Cuando las dagas se lanzan por sonidos y se clavan en los oídos ensordeciendo cualquier palabra de esperanza.

Mi guerra no se mide por batallones perdidos. Por tierras conquistadas ni almas caídas en la batalla.

Mi guerra se mide por días sin sonreir. Por gestos toscos y caidas de castillos de arena. Mi guerra se mide por las veces que se muestra la bandera blanca escondiendo la cabeza gacha tras ella, aunque no seas el justo perdedor.

Mi guerra se mide por los días en los que te acuestas con la sensación de paz y la incertidumbre de la batalla siguiente.

Mi guerra se mide por ilusiones rotas. Por deseos de cambio y ganas de escapar.

Y huir lejos, donde nadie sepa nunca dónde me encuetro.

1 comentario:

  1. te aburriría la paz
    esto lo publicaste primero en mi blog, que te crees que blogger no me avisa :P

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