jueves, 9 de diciembre de 2010

When stars are falling.

Como intentar alcanzar las estrellas con la yema de los dedos.

Ellas siempre están ahí, impasibles, brillantes, apetecibles, sabias, milenarias, lejanas, indomables...

Te atraen con su color, con su misterio y el halo que las rodea. Te iluminan con su luz y te tranquilizan cuando crees estar perdida, pero... nada más.


Y tu sabes a la perfección que por mucho que estires tu brazo, por mucho que te aupes o te pongas de puntillas, la sensación de tocarlas con las manos no vive más que en tu cabeza.

Para los demás es una causa perdida. Una utopía a la que te aferras para no dejarte caer en la realidad. Eres tan sólo una luchadora vencida antes de sacar brillo a su armadura.

Tan sólo una ilusa más que creyó albergar el cielo entre sus manos, para darse cuenta, finalmente, que las estrellas no son más que puntos de luz en la inmensidad de tu noche.


Y nada más.














Y vivieron.... infelices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario