domingo, 23 de mayo de 2010

Estoy acostumbrada.

Me pesan los momentos hoy más que las palabras y busco sueños dentro de una taza de café,porque sé que allí no los encontraré que no vendrán para sacarme de la pesadilla en la que estoy sumergiday eso me reconforta.

Creo que me conformaba con que me mordieses los labios de vez en cuando, con que tocases mi corazón una vez al año y luego volvernos a olvidar como otras veces, sin necesidad de daño ni perdón.

Pero me he cansado de querer sin parar. De dejarme amar sin querer. De querer amar. De amar los "te quieros" sin sentido.

Ahora sólo quiero escuchar el silencio de mis respiraciones y mecerme en la melodía sorda de mis antojos, vagar por las tierras vírgenes de mis deseos y arroparme en las caricias de mi misma.

Necesito una libertad que pretendía encontrar en otros. Una protección que mis brazos no parecían poder ofrecerme. Unos besos que parecían sanar las heridas.

Me basta con un antiinflamatorio, un antibiótico y algún que otro sedante para dormir eternamente.

Creo que he encontrado una pesadilla en los posos del té.Espero que cale hondo en mis pensamientos y se vuelva sedentaria en ellos.

No me gustaría despertarme de mi sueño eterno con la sensación de haber perdido algo.






[A mí dame lo superfluo. Lo imprescindible lo puede tener todo el mundo]

1 comentario:

  1. De vez en cuando no está mal estar solo y dedicarse simplemente a uno mismo, pero como somos humanos...pues más a menudo aún echamos de menos compañia. Deja de buscar y de pensar, fluye y túmbate boca abajo para no embelesarte con las nubes del cielo y duerme, ya te despertarán

    ResponderEliminar